Los partidarios del Chavismo en Venezuela han llegado al grado de general y en medio de la debacle han encontrado formas criminales de hacer dinero en cifras colosales y sin trabajar, usando el chavismo como escudo.
Venezuela es uno de los países más violentos de la región, con una tasa de homicidios que según registros oficiales está en 39 por cada 100.000 habitantes, pero que de acuerdo con cálculos de la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia cerró el 2014 en 82 por cada 100.000 habitantes.
Hay motoristas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que funcionan tanto para reprimir marchas opositoras como para salir a robar o paralizar a los ciudadanos. Los mecanismos de la “miedocracia”
Los cuadros inferiores del régimen de Venezuela, mezcla de policías y ladrones, paralizan al ciudadano. Los motoristas de la GNB no solo acosan a manifestantes opositores, también pueden robar y matar para eso. Pueden acosar a los vecinos para demostrar que ellos mandan.
Un libro del psiquiatra y escritor Luis José Uzcátegui cuenta que “ellos” son también los grupos violentos que están en esquinas, en los mercados o estacionamientos. No son ni policías ni ladrones sino ambas cosas o una mezla de las dos.
Son los miembros del hampa que tiene un poder vicario del régimen chavista y controla al tiempo que consigue lo que necesita para que sus miembros vivan con un poco más que los que no tienen nada. Más allá del miedo a ser detenido por protestar contra el gobierno de Nicolás Maduro está el miedo general y difuso de la indefensión total, a ser atropellado por esas fuerzas de la
