La represión cubana continúa intensificándose, afectando directamente al líder opositor José Daniel Ferrer y a su familia. Este martes, el régimen le negó a Ferrer, preso político, el derecho a una llamada telefónica y, un día antes, había impedido la visita conyugal de su esposa, la doctora Nelva Ismaray Ortega, según denuncias de su hermana Ana Belkis Ferrer a través de las redes sociales del opositor.
Estas medidas represivas buscan incomunicar a Ferrer, tras la difusión de una carta que logró sacar de la cárcel, donde expresaba su disposición a exiliarse para proteger a sus seres queridos. La doctora Ortega fue detenida y trasladada al Centro de Investigaciones y Operaciones de Versalles luego de plantarse frente al penal de máxima seguridad de Mar Verde, en Santiago de Cuba, exigiendo la visita a su esposo.
Los oficiales advirtieron a Nelva Ismaray Ortega que cualquier nueva publicación o video en redes sociales podría revertir el proceso de salida del país de la familia y enviarla a prisión. Esta acción refleja la estrategia de la represión cubana para silenciar denuncias de violaciones de derechos humanos.
El caso se suma a la intimidación de otros presos políticos, como el líder religioso Loreto Hernández García, quien fue amenazado de muerte en la prisión de Guamajal, Villa Clara, por una canción en su honor. Estas acciones incluyen golpizas, negación de atención médica y amenazas extremas, evidenciando cómo el régimen cubano responde con violencia a cualquier expresión de solidaridad o crítica.
