Cientos de fieles marcharon en La Habana en honor a la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, símbolo de fe y esperanza en medio de la crisis económica.
La diminuta imagen dorada, venerada desde hace más de cuatro siglos, se mantiene como un símbolo de esperanza y resistencia en un país golpeado por una de sus peores crisis económicas en décadas.
Los cubanos enfrentan desde hace años apagones prolongados, falta de agua y escasez de productos básicos, condiciones que han afectado profundamente la vida cotidiana.
Durante la caminata religiosa, muchos fieles expresaron deseos de unidad y transformación. A pesar de las restricciones que enfrentó la práctica religiosa tras la revolución de 1959, la devoción a la Virgen ha perdurado, uniendo tanto a católicos como a seguidores de la Santería.
Su santuario, ubicado cerca de Santiago de Cuba, continúa siendo uno de los centros de peregrinación más importantes del país, donde miles de creyentes acuden cada año en busca de fe y consuelo.
