Lo que parecía una noticia esperanzadora terminó en decepción para cientos de cubanos. El Departamento de Estado de Estados Unidos admitió haber cometido un error técnico en el sorteo de Visas de Diversidad 2026 (DV-2026), y confirmó que los nativos de Cuba no eran elegibles desde el inicio.
En un comunicado oficial, Washington aclaró que Cuba quedó excluida del programa porque más de 50.000 cubanos emigraron a EE.UU. en los últimos cinco años, superando el límite establecido por la ley para poder participar en la lotería.
“Los nativos de Cuba no son elegibles para el DV-2026, tal como se indicó en las instrucciones del programa”, señaló el Departamento de Estado.
❌ Un error que encendió falsas esperanzas
El fallo informático permitió que un pequeño número de solicitantes cubanos recibieran una notificación inicial de selección, lo que desató alegría —y confusión— en redes sociales. Sin embargo, la ilusión duró poco: la revisión posterior anuló los resultados y declaró inelegibles a todos los afectados.
La corrección también afectó a un número reducido de casos de Reino Unido y sus territorios dependientes, aunque el impacto principal recayó en los cubanos, tradicionalmente entre los grupos más activos en la búsqueda de vías legales para emigrar.
⚖️ La ley es clara, pero la frustración crece
El error llega en un contexto donde la migración cubana hacia Estados Unidos alcanza cifras históricas, impulsada por la crisis económica y política en la isla. Para muchos, la lotería de visas representaba una oportunidad remota pero legítima para escapar del sistema comunista sin arriesgar la vida en el mar o en la selva del Darién.
“Estados Unidos mantiene vías migratorias específicas para los cubanos, pero ninguna reemplaza el acceso a la lotería de visas”, recordó el comunicado.
🧭 Sin “bombo”, pero con la mira en otras opciones
Aunque el DV-2026 queda fuera de alcance, los cubanos aún pueden aplicar a otros mecanismos como el parole humanitario o el ajuste cubano, rutas que —aunque más burocráticas— siguen siendo legales y activas.
La exclusión, sin embargo, refuerza la sensación de cierre para una población que ha visto cómo sus esperanzas migratorias se reducen mientras la represión interna aumenta.
Para muchos, el mensaje es claro: el camino legal hacia Estados Unidos es cada vez más estrecho, y los cubanos vuelven a pagar el precio de las estadísticas.
