El Banco Central de Cuba anunció el lunes un levantamiento sorpresivo de su prohibición de depósitos en dólares estadounidenses en los bancos, revirtiendo una política que había estado vigente en toda la nación isleña comunista desde junio de 2021.
“A partir de este momento, las instituciones financieras y bancarias aceptarán depósitos en efectivo de dólares estadounidenses en cuentas bancarias”, señala una resolución del Banco Central de Cuba (BCC) publicada este lunes en la Gaceta Oficial del país.
El gobierno cubano había anunciado la prohibición hace casi dos años, diciendo en ese momento que la medida se debía a las continuas dificultades causadas por el actual embargo estadounidense.
El cambio de política se produce cuando la isla enfrenta su peor crisis económica en tres décadas, con una creciente escasez de alimentos, medicamentos y combustible que empeora en las últimas semanas. Sin embargo, también está viendo cómo su industria turística vital se recupera luego de un colapso durante la pandemia, que el gobierno citó como una de las razones de la medida el lunes.
Cuba ha estado sujeta a amplias sanciones estadounidenses desde 1962, lo que obstaculiza la capacidad de su gobierno para realizar transacciones en dólares. Después de una relajación relativa bajo la presidencia de Barack Obama, las sanciones se intensificaron durante el mandato de Donald Trump en la Casa Blanca.
Durante los últimos días de su administración en el cargo en enero de 2021, Estados Unidos volvió a agregar a Cuba a su lista de patrocinadores estatales del terrorismo. Esa designación ocurrió el mismo mes en que el gobierno de Cuba tomó medidas para poner fin a sus monedas paralelas, eliminando gradualmente un peso convertible que estaba vinculado al dólar, dejando solo el peso regular o CUP, más débil.
Desde entonces, la moneda ha caído de 24 a una tasa oficial de 120 por dólar. En el mercado negro, la tasa es de 185. El sucesor de Trump, Joe Biden, ha mantenido las restricciones de la administración anterior sobre Cuba, mientras que el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo en marzo que Estados Unidos no tenía planes de levantar la designación de estado patrocinador del terrorismo.
