La economía cubana continúa desmoronándose. El dólar estadounidense y el euro volvieron a dispararse en el mercado informal, reflejando la pérdida total de confianza en el peso cubano y en las promesas vacías del régimen de La Habana.
Según datos independientes, el dólar alcanzó los 430 pesos cubanos (CUP), mientras que el euro superó los 460 CUP, marcando un nuevo récord de devaluación. La llamada Moneda Libremente Convertible (MLC) también subió, acercándose a los 205 CUP.
Una economía al borde del colapso
Este nuevo salto en las tasas de cambio informal demuestra que el gobierno ha perdido el control de su propia moneda. A pesar de los discursos oficiales sobre “recuperación” y “reordenamiento monetario”, la realidad diaria muestra lo contrario: más inflación, más pobreza y más descontento.
En un país donde los salarios se pagan en pesos y los productos básicos se venden en divisas, la brecha entre ricos y pobres se profundiza cada día. Para la mayoría de los cubanos, el dólar se ha convertido en la única moneda que vale algo.
“El peso cubano ya no sirve ni para ahorrar ni para comprar. Cada día vale menos”, dijo un trabajador por cuenta propia desde Santiago de Cuba.
Causas del nuevo repunte
Los economistas apuntan a varios factores que explican este nuevo aumento en el precio del dólar y el euro:
- Desconfianza absoluta en el peso cubano, que se hunde frente a la inflación y la falta de respaldo económico.
- Déficit crónico de divisas, producto de la caída del turismo, las sanciones internacionales y la mala gestión estatal.
- Fuga de capital humano y financiero, con miles de cubanos que emigran o envían remesas fuera del sistema oficial.
- Ausencia de reformas reales, ya que el gobierno insiste en mantener el control centralizado y un modelo económico fracasado.
El costo humano de la crisis
Cada incremento en las tasas del mercado informal golpea directamente el bolsillo de las familias cubanas. Los precios de los alimentos, medicinas y artículos básicos continúan subiendo, y los salarios no alcanzan ni para sobrevivir.
Mientras tanto, el régimen sigue culpando a las “sanciones externas” y a la “manipulación mediática”, evitando reconocer la raíz del problema: su propio fracaso económico y político.
“No hay manera de estabilizar un país cuando el gobierno se niega a soltar el control y abrir el mercado”, comentó un economista exiliado en Miami.
Una tendencia sin freno
Los analistas prevén que el tipo de cambio siga aumentando en los próximos meses, especialmente si no se implementan medidas concretas que estimulen la inversión, el comercio y la confianza en el peso.
Pero el gobierno parece más enfocado en controlar el discurso que en resolver la crisis.
El mercado informal, lejos de desaparecer, se ha consolidado como el verdadero termómetro de la economía cubana.
Conclusión
El repunte del dólar y el euro no es un fenómeno aislado: es el síntoma visible de un sistema en decadencia, donde la política de control total del régimen ha destruido la base productiva del país.
Mientras el pueblo cubano lucha por sobrevivir, La Habana continúa negando la realidad, atrapada entre la retórica y el caos económico que ella misma creó.
En resumen:
El peso cubano se derrumba, el mercado informal domina, y el gobierno sigue sin rumbo. Cuba vive una crisis que ya no se mide solo en cifras, sino en desesperanza.
